miércoles, 9 de noviembre de 2011
Esa mujer
y sus cretinos labios de mujerzuela
jugó al amor
burló la sensatez
en un parto emocional
la vi tambalear
en la misma crisis del miedo
mientras miraba
desde su ventana
que nunca fue abierta
el brío de la risa
en pleno brindis
el morbo
comenzaba en su poema
inmediatamente
impulsivo
desordenado
quizás con un plan en mente
para sobrevivírle
al cuerpo su espíritu...
Jugó al amor
abrochó en sus labios
un campo minado
pensó,
de ésta manera
no habrá probabilidades... creyó...
Mujer de cretinos labios
y laxitud de cristal
en sus ojeras
dónde distintas visiones
hacen lo propio
y otros se pierden placenteros
borrachos de felicidad
en una fábula
de mínutos contados...
Juega
con la afección del descuido
resiste
como suerte de metal noble
lo que le duele
porque sabe
que no puede morirse
antes que la muerte
la transfiera de planeta...
Perversa inexistente...
Entras por el único portal
dónde sabes que el abandono
te hace un lugar en mi cuerpo.
Das testimonios de un desenfreno,
la euforia revuelta llora con lava
mi caligrafía sobre la ausencia.
Me repasas oliendome una y otra vez,
la cobardía te tiembla en mi boca
que soy sanguinaria extendida
entre dos épocas de infierno.
Me miraba...
a través de las esquelas,
los manchones colorados,
las tachaduras invisibles,
y el deseo fulminante.
Yo, predecible incomprendida,
como un ave lastimado sin testigo
recostada sobre un panteón vampiro
lamo con cansancio mis heridas.
Tú, perversa inexistencia,
me suprimes de la sulfurosa realidad
me cultivas en un servil simulacro
donde terminas ganando injustamente
la exigencia de mi existencia...
me cultivas en un servil simulacro
donde terminas ganando injustamente
la exigencia de mi existencia...
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