Que paradoja rara mi vida
por un lado siento poder morder entera toda tu vida
y por otro hueco, presiento el esquivo de tu movimiento.
regalándo sonrisas, oliéndo a flores...
Y aunque trate de separarte de mi vida
que no si es real o producto de una falaz ilusión,
no puedo... el mundo te busca conmigo dentro...
Recorro la ciudad, volteo, y en un paredón
tu nombre derramado con aerosol rojo...
Enciendo la radio y tus temas musicales
me mencionan que te quiero demasiado,
que quizás no sea un sueño todo esto...
Intento disimular que no debi enaltecerte
que estoy vestida de viuda antes que de novia,
que el desamor es más lógico que el amor,
que encubro dolor detras de mis ojos...
Y toda esa letanía humana y pensante
que se usa como escudo, excusa, pretexto
para no ser directo y aceptar que no hemos sido
tan locos por sentirnos y que lo imposible no existe
en estos casos tan devotos...
Me pregunto que fué de toda esa lucidez
que me acumulaba por completo, que fué
de mis casi años, mis libros de preguntas
con todas sus respuestas, el sacrificarme
antes de anotarme un lágrima ajena...
Y fué la magia de la vida, su enriedo impertinente,
el sacudón perfecto del momento justo
para que con humildad sincera comprendámos
que al fín de cuentas, pretender escribir lo que somos
en un libro eterno de inciertos y futuros, no es más
que una perfecta paradoja del destino...
*Paola Sarlangue*
*Paola Sarlangue*



